Crónica de una extorsión en la alcaldía Benito Juárez, un mal cotidiano

alcaldia benito juarez

Por Aaron Cruz Soto

Ciudad de México.- Las extorsiones, robos y violencia en la alcaldía Benito Juárez no son hechos nuevos, día a día los habitantes de la BJ tienen que sortear la delincuencia y precariedad de la vida en la demarcación, pero es aún más grave cuando es la misma autoridad la promueve.

 

Es el caso de lo sucedido a Fernando, que nos hizo llegar una denuncia contra elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), a quienes acusa de abuso de autoridad y uso ilegal de la fuerza pública.

 

Fernando circulaba en su coche en compañía de su cuñado menor de edad, el pasado 28 de enero del 2020, aproximadamente a las 14:00 horas, sobre la calle Febo, colonia Crédito Constructor, alcaldía Benito Juárez. Al dar la vuelta en vía Minerva se detuvo, pues su aplicación de ubicación Google Maps falló. En ese momento Fernando se da cuenta de que una patrulla de la SSC se encontraba detrás de él. Del vehículo desciende un policía: estatura de un metro 64 centímetros, 35 años, moreno claro,  con uniforme azul decorado con insignias.

 

El sujeto le dice a Fernando que le realizaría una revisión de rutina. Le pide su licencia y tarjeta de circulación, a lo cual accede. El agente comenta que revisaría que el vehículo no tuviera reporte de robo, además, solicita que le abran la cajuela.

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Bajan de la patrulla otros cinco policías, tres hombres y dos mujeres; uno de ellos, güero, de complexión delgada y de un metro 70 centímetros de altura, le pidió al cuñado bajar del coche. Mientras, el primer policía saca de su patrulla unos guantes negros con gris y abre la guantera del coche de Fernando, saca discos, monedas, cables de teléfonos y cinco teléfonos celulares, que Fernando, asegura, utilizaba para su trabajo en aplicaciones de choferes.

 

— ¿Qué haces con tantos celulares? Andas extorsionando, robando o secuestrando— acusó el policía.

 

—No, yo trabajo en Uber y otras aplicaciones de chofer, DiDi, Easy Taxy— contestó Fernando mientras mostraba las aplicaciones en sus celulares.

 

—A ver, préstalos—dijo el agente mientras revisaban junto con los policías el contenido de los aparatos, las conversaciones y amenazaron —sí encontramos algo indebido te vamos a chingar por andando diciendo mentiras y por hacernos perder el tiempo— terminó de amenazar el elemento seguridad.

 

—Ya dinos ¿A qué te dedicas?

 

—Les estoy diciendo la verdad, yo trabajo en esas aplicaciones.

 

—Vamos a revisar los teléfonos y si tienen reporte de robo, te vamos a chingar por andar diciendo mentiras.

 

—No tienen reporte de robo los celulares- increpó el que, para los policías, era sospechoso.

 

—Nosotros te podemos remitir, por el robo de celulares y la fianza te va a salir en 90 mil pesos, danos 20 mil y los teléfonos y te vas- amenazó el policía.

 

—Pero de dónde voy a sacar esa cantidad y yo no robe nada.

 

— ¿Cuánto traes?

 

—Solamente traigo 500 pesos.

 

Los policías seguían intimidando a Fernando para que le dieran 10 mil pesos o lo iban a remitir, hasta le dijeron que se diera la vuelta pues lo iban a esposar y lo llevarían al bunker, pero Fernando cuestionó la razón. “¿Cuánto nos puedes dar?”, preguntaron los uniformados, ante el temor Fernando, tanto que le hicieran daño a él como a su cuñado, pidió hacer una llamada. Otro policía dijo que llamara, pero no comentara nada, solamente pidiera prestado, entonces volvió a preguntar por la cantidad de dinero y el policía dijo que 5 mil pesos y los teléfonos.

 

Fernando ya no traía carga en su móvil, entonces un policía le prestó una batería y llamó a una amiga.

 

— ¿Me puedes prestar 5 mil pesos?—preguntó Fernando.

 

— ¿Te pasó algo?—respondió la amiga.

 

—Sí, ahorita te explico.

 

—Te voy a hacer un depósito  de 5 mil pesos en Bancomer. 

Entonces Fernando comentó que  tenía que ir a un Bancomer a retirar el dinero, ellos le dieron las indicaciones para llegar a uno y amenazaron que irían detrás de él. Pero antes, le quitaron el celular al cuñado y a él, volvieron a amenazar que si hacían algo les iban a dar en la madre y les sembrarían pruebas para criminalizarlos.

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Ya en el banco, en la esquina de la avenida Insurgentes con la calle Santa Catarina, en la colonia Insurgentes San Borja, cerca de las 3: 30 horas, Fernando bajó de su vehículo y un policía le regresó el NIP y código que su amiga le había dado para hacer el retiro en un papel. Entró al banco, retiró el dinero y al salir encontró al policía que estaba en la patrulla.

 

—Dame los 5 mil pesos enrollados en el papel que te di—dijo el policía.

 

Por lo cual, Fernando pidió que le regresaran sus pertenencias, pero solamente le devolvieron el celular de su cuñado y dos identificaciones y le ordenaron que ya se fuera.

 

Esta narración consta en la carpeta de investigación CI-FBJ/BJ-1/UT-1 S/D/00336/01-2020, en la Fiscalía Desconcentrada de Investigación en Benito Juárez, además al proceso se le está dando seguimiento en la Dirección de Supervisión y Seguimiento de Denuncias, en la Dirección General de Asuntos Internos de la SSC.

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