Ciudad de México.- El fin de semana pasado, Jorge y Daniel los dueños de Morita, el perro que fue aventado desde un quinto piso de un edificio en la colonia Narvarte, en la alcaldia Benito Juárez, difundieron en redes sociales un video con su versión de los hechos, después de que Miguel Ángel, el presunto asesino de su mascota quedara en libertad el viernes pasado.
En el video ambos jóvenes sostienen que Miguel es culpable. A través de un live de Facebook, los dueños de Morita y Omni dijeron que “Miguelito Bananas” tiene libertad condicional y el dinero no fue parte de una negociación, sino una reparación de bienes.
“Miguel Ángel está bajo libertad condicional y tiene que ir a firmar durante 6 meses. Yo no hubiera negociado un peso por la vida de mi hija. Mi perro era mi hija. Si nosotros no hubiéramos aceptado ese dinero era como otorgarle el perdón y hubiera salido limpio. No fue negociación: fue reparación de bienes”, dijeron Jorge y Daniel.
La pareja también narró que conocieron a Miguel en la aplicación para buscar roomies. Pero poco a poco, tras conocerlo a través de la convivencia diaria, le pidieron que en noviembre desalojara el cuarto que le rentaron.
“Vimos que no era la persona que se nos vendió al principio”, puntualizaron.
La versión de Miguel Ángel
Según los dueños de Morita, Miguel la aventó. Pero el joven de 24 años, conocido en redes sociales como “Miguelito Bananas”, afirma que fue un accidente y que la perrita cayó desde la azotea al asomarse por el pretil del cuarto piso.
El accidente ocurrió el martes 8 de octubre. Me encontraba en el departamento junto con X. Yo vivía en el departamento de la colonia Narvarte con cuatro personas, relató en un video compartido en Youtube.
“Escucho como X sale del departamento y yo enseguida agarro mi dinero para ir a la tienda. Vi que la puerta del departamento estaba abierta. Muchas veces se quedaba el departamento abierto. Teníamos dos perritos. Cuando yo iba saliendo hacia la tienda, escuché a los perritos. Luego se escuchó un golpe muy fuerte. En ese momento aparece X y me empieza a preguntar por sus perritos”, relató.
“Yo estaba preocupado. Nos percatamos que uno de los perritos se había caído. X me pregunta sobre su otro perrito. X me comenzó a acusar de ser un asesino, de haber asesinado a su perrito. Yo traté de explicarle que se quedó la puerta abierta. Sin embargo, él estaba enfurecido. Era parte de su dolor”, narró.